“Vos que trabajás en Arte” Por Martín Gorricho

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Nota de Martín Gorricho profesor de Impacto Visual en Miami Ad School

Hace unos días me invitaron de mi vieja escuela secundaria a participar de una nueva edición de su Festival de Arte Joven. “Vos que trabajás en arte…”, me dijo la coordinadora de este año. Antes de que avanzara demasiado con el tema quise aclararle que yo no trabajaba en nada vinculado con el arte pero me interrumpió con un “¡pero si sos diseñador!”, lo que, en su universo, parecía confirmar que lo mío era efectivamente el arte. Intenté objetar pero la discusión duró poco, más porque ambos teníamos cosas que hacer que porque nos hubiéramos puesto de acuerdo.

Me había olvidado de que existía ese debate. La definición de arte está siempre en disputa y cualquiera que tomemos acá va a ser reduccionista e inexacta pero, en todo caso, entiendo que lo inherente al arte pasa por la expresión del individuo, por la reivindicación de su visión subjetiva de las cosas. El artista crea su obra por propio deseo y plasmando su visión personal. En el trabajo del diseñador, en cambio, la expresión de lo individual, la subjetividad, los deseos o visiones personales no tienen mayor lugar. El diseño es, más bien, una disciplina proyectual, técnica, en la que el diseñador busca efectividad para cumplir alguna función que le fue requerida por un cliente y con una determinada audiencia objetiva. Cuando el diseñador desarrolla una marca, un envase, una señal de tránsito o una gráfica publicitaria no hay lugar para las intenciones de expresión personal. ¿Por qué alguien puede considerar una disciplina técnica tan propia de la producción y el comercio como una forma de arte? ¿Por qué incluso se le llama “dirección de arte” al trabajo visual en publicidad? Todo esto me quedó más claro y los argumentos aparecieron, como suele suceder, después de terminada la conversación.

Pensé que la respuesta está en que es visual y en que no solemos darle a lo visual otra entidad más que la artística. Tampoco nos han enseñado otra cosa. En este aspecto, lo visual debería ser equiparable a lo verbal. Uno sabe que puede hacerse un uso artístico de lo verbal -oral o escrito- y nos lo han presentado desde chicos con cuentos, novelas y poesías. Pero uno también sabe que hay otros usos y funciones de lo verbal: nadie piensa en arte cuando dialoga con un compañero de trabajo o cuando lee las condiciones de una garantía. Para entender e incluso producir instancias verbales nos han preparado desde muy pequeños. Todos tenemos años de formación en “lengua y comunicación” y hemos aprendido gramática, sintaxis y retórica. Siempre verbales. ¿Cuánto cuesta ver que hay otros usos para lo visual más allá de lo artístico?

Cada vez desde más chicos sabemos operar con lo visual, pero no sabemos leer lo visual.

Con pantallas, interfaces, publicidades y gráficas ocupando nuestra visión la mayor parte del tiempo, es evidente que la comunicación visual tiene cada vez más peso e incidencia en nuestra cotidianeidad. ¿Cuánto nos dice de lo que estamos viendo el rojo furioso del zócalo en el noticiero amarillista? ¿Qué información aporta el plano ligeramente contrapicado de la foto del candidato? ¿Qué idea quiere transmitirnos una marca con la tipografía romana moderna de su logo? Hay una dimensión técnica del lenguaje visual. Hay gramáticas, sintaxis y retóricas visuales. Pero somos completamente analfabetos en esta materia. Cada vez desde más chicos sabemos operar con lo visual, pero no sabemos leer lo visual. La información visual nos atraviesa y nos penetra sin que tengamos instrumentos para interpretarla o aplicarle un análisis crítico.

El hecho de que se incluya el diseño en un Festival de Arte Joven no representa un problema para nadie. Lo visual ha avanzado tanto que nos ha dejado atrás, pero imagino que debe ser cuestión de tiempo para que se empiece a reconocer su importancia. Tal vez entonces en una escuela podamos ver muchas formas de artes visuales en un festival y otras tantas formas de comunicación visual fuera de este.

Por cierto, terminé aceptando la invitación.

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