La importancia de saber qué estamos buscando: entrevista a Josefina Mateo

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Josefina estudió Redacción Publicitaria en M.AD. Hizo pasantías en EEUU y España y hoy trabaja como copywriter en LOLA MullenLowe Madrid. Charlamos con ella sobre sus años de estudio y sus primeras prácticas laborales. 

“¿Si tuvimos dudas? Sí, miles. Pero nos subimos a ese avión igual; con cuatro paquetes de yerba y dos cajas de alfajores. Y lo volveríamos a hacer de vuelta”. Eso dijo Josefina hace algunos años, cuando hizo su primera pasantía en Ogilvy Nueva York. Después de esa práctica viajó con su dupla a Madrid para hacer otro internship en LOLA MullenLowe. No sabemos si volvieron a llevar los alfajores y la yerba, pero no hay dudas que el espíritu de aprendizaje y la disciplina para trabajar permanecieron intactos a través de los kilómetros. De hecho, ambos creativos se quedaron trabajando en LOLA cuando terminaron su pasantía. 

En esta entrevista Josefina comparte algunos recuerdos de su paso por M.AD, nos cuenta algunas experiencias de sus pasantías y deja algunos consejos interesantes para aquellos que recién empiezan a transitar el camino de la creatividad. 

Como muchos otros entrevistados, resalta la importancia de cultivar los proyectos personales (¿se acuerdan del filtro del pañuelo verde que fue furor en Instagram? Bueno, lo desarrolló Josefina con su dupla, Ezequiel Scarpini), de permanecer siempre abiertos para aprender y de tener muy en claro qué estamos buscando en los distintos trabajos a los que aplicamos.

Y, sobre todo, dice que M.AD es el mejor lugar para prepararse para el mercado laboral. ¿Por qué? Por los profesores que tiene, por la posibilidad de hacer pasantías en agencias reales y por el enfoque práctico de las materias. 

Pero basta de spoilerar. Acá te dejamos la entrevista con ella.

Contanos cómo fue tu trayectoria  

Yo empecé a estudiar publicidad en la facultad, en la Universidad de Lomas de Zamora, y me pasó lo que le ha pasado a un montón de gente, que es que en algún momento me di cuenta de que no tenía ninguna experiencia práctica en la industria. O sea, que tenía mucha, mucha teoría. Estaba aprendiendo cosas que tenían más que ver con la parte teórica de la publicidad, pero no llegaba nunca a la parte práctica. Y ahí empecé a trabajar freelance, buscando mis propios clientes de una forma bastante experimental, a través de los nuevos medios que son las redes sociales, con las oportunidades que te da Facebook e Instagram, que recién arrancaba en ese momento. Así que mis primeras experiencias laborales fueron desde ese lugar, trabajando con clientes muy chiquitos y explorando lo que pasaba en las redes sociales. Así empecé a aprender y a ganar experiencia en lo que es Marketing Digital, trabajando con clientes y proyectos cada vez más grandes. En ese momento estaba en la facultad, pero decidí que, una vez que me recibiera, iba a empezar a estudiar en M.AD Buenos Aires. Por lo que dije antes: quería ganar todavía más experiencia práctica. 

Necesitaba de alguna manera entender cómo funcionaba el mercado laboral y la creatividad, cómo tenía que hacer para trabajar de creativa para poder trabajar de redactora, de qué se trataba el trabajo, que era lo que tenía que hacer, por qué me contratarían. Había una distancia impresionante entre lo que te enseñaban en la universidad y lo que estaban buscando las agencias en los nuevos talentos. Así que la decisión pasó por ahí, por poder desarrollar un portfolio, por obtener experiencia práctica, por entender cómo funciona la industria, cómo se estimula y  se ejercita la creatividad y cómo se mejora. Es decir, para generarme un perfil competitivo y así poder conseguir trabajo en agencia. Elegí M.AD por los profesores. En contra de lo que pasaba en la facultad, se veía que estaban trabajando en agencias, que eran personas súper reconocidas en la industria, que venían de tener un montón de experiencia, incluso en publicidades que yo había visto, que eso también era impresionante. En la escuela empecé a entender qué era lo que tenía que hacer, qué era lo que necesitaba mejorar, cuáles eran los skills que iban a necesitar.

“Había una distancia impresionante entre lo que te enseñaban en la universidad y lo que estaban buscando las agencias”

Descubrí M.AD por gente en común y por las redes sociales. Cuando terminé la facultad empecé a buscar una escuela donde pudiera seguir ejercitando la creatividad. Con mi dupla nos recibimos en el 2016 y empezamos a averiguar en las escuelas de Buenos Aires. Fuimos a un warm up en M.AD con Cheche (Tchechenistky) y lo conocimos a Bernardo, el director. Tuvimos una entrevista, charlamos, y la verdad que nos encantó la propuesta de la escuela. Dijimos: queremos estar acá.  

¿Cuál fue tu primera impresión cuando entraste a M.AD?

Que había todo un mundo por explorar y que era recién el comienzo. La sensación era que había muchísimo, muchísimo por aprender y mucha gente para conocer. Que todos los límites que yo creía que había no existían. Todo era posible.

¿Podés compartir algunas de tus experiencias preferidas en la escuela? 

Una de mis experiencias favoritas fue cuando, en un trimestre de festivales, nos organizamos para ir un sábado todos a la escuela para tener una experiencia inmersiva que fuera más que las 4 horas de clases. Era una jornada en la que estaban los profesores y todos teníamos distintos briefs, cada uno estaba trabajando en lo que quería, pero estábamos todos en un ambiente muy colaborativo, pasando el día en la escuela y trabajando cada uno en sus proyectos. La cuestión era estar todos ahí, pasando un día que podría ser un día libre, pero apostando a lo que estábamos haciendo, y todo el mundo colaborando en cositas de todos y debatiendo ideas, trabajando juntos. Había ese espíritu de comunidad. Todos compartiendo un mismo interés y tratando de que todos sacaran las mejores ideas posibles. Fue una experiencia muy linda.

Otra de mis experiencias favoritas fue cuando cursamos la materia Duck Duck Goose Goose, en la que creativos y planners trabajaban juntos con clientes reales. Fue espectacular. Ellos se encargaban de relevar data, de llegar a conclusiones, tenían sus hipótesis. Trabajábamos con distintos targets y había mucha colaboración en equipo. Teníamos que armar una presentación para un cliente real. Fue el trabajo práctico de escuela más cercano a una experiencia real de trabajo en agencia. Y fue súper enriquecedor, porque quizás con tus compañeros ya te conocés más y empezás a generar más vínculo, pero con los chicos de planning no tanto, porque no compartís tanto tiempo, y se genera entonces una sinergia que funciona. Hay un montón que aprender de todos, y estuvo muy bueno. Además, sacamos cosas muy interesantes para el portfolio. 

¿Qué pasantías hiciste mientras estudiabas?

Mi primer internship fue en Ogilvy Nueva York en el 2018. Fuimos con mi dupla a pasar el quarter de verano allá. Fue una experiencia totalmente nueva para los dos. Era la primera vez que salíamos del país, la primera vez que trabajábamos en una agencia del tamaño de Ogilvy. Fue impresionante en todo sentido. Y súper enriquecedor: entender cómo trabajan en otros países, cómo son las filosofías de distintas agencias, cómo se forman los equipos. Por ejemplo, Ogilvy tiene una estructura de agencia que viene funcionando desde hace décadas, que consiste en ser un faro de la relación con los clientes, de ofrecerles estabilidad, de trabajar con marcas que son muy grandes y que vienen de hace muchos años trabajando juntos. Hay mucha lealtad de los dos lados. La verdad que fue una gran agencia para hacer escuela esos tres meses. Aprendimos muchísimo de la estructura, el trabajo, el oficio, el día a día, qué es lo que necesitás priorizar a la hora de hacer una presentación al cliente que pueda cumplir con las expectativas, tus expectativas, las expectativas de tus directores, las expectativas de la agencia, las expectativas del cliente. Empezás a tener en cuenta un montón de personas, de intereses y de necesidades que quizás a la hora de pensar briefs que son de festivales, no los tenés tan presentes. Y tuvimos mucha suerte porque en Ogilvy el día que llegás conocés a Emily Elyshevitz, la encargada de Recursos Humanos, que gestiona todo lo que es el talento de interns y pasantes, y ella nos asignó una dupla de directores como mentores y nos fue muy bien.

Era la primera vez que trabajábamos con ese tipo de estructuras, de tener dos personas en la agencia a la que vas a pedirle consejo, a la que vas a entregar el trabajo, a la que vas a pedirle trabajo también. Fue un ejercicio súper enriquecedor porque nos incluían en los proyectos y de pronto estábamos trabajando con clientes muy grandes para campañas internacionales. Fue como de cero a cien. Con mucha confianza de tener el espacio para hacer preguntas y plantear dudas, para pedir feedback directo. Esto de: “¿qué necesitás que yo mejore o cómo puedo ser más útil para el trabajo, o qué le puedo aportar a este proyecto puntual?” Siempre con mucha humildad, porque uno va sin ser nativo, y como copy ese es un doble desafío. Tenés que aprender un montón de cosas que tienen que ver con la cultura y con cómo se escribe y cómo se habla, cosas que cuando estás en tu país natal quizás ya tenés un poco más resueltas. Pero siempre es un desafío muy enriquecedor. De hecho, es una de las cosas que más charlamos con otros copies de M.AD, porque hay que ser muy valiente para ir a un país en donde no hablan tu idioma. Pero todas las personas que lo han hecho vuelven súper emocionadas de que en realidad las ideas siempre son universales. Entonces, en realidad estás aprendiendo a comunicarlas en un lenguaje nuevo, en un idioma nuevo, y estás apropiándote de herramientas y de fórmulas que te van a servir en tu idioma o en el lugar al que vayas. 

Después de Nueva York hicimos un internship en LOLA MullenLowe Madrid, que también fue alucinante. LOLA tiene muchos clientes internacionales, y haber trabajado antes en Ogilvy en una experiencia mucho más inmersiva a nivel lingüístico, fue súper útil para resolver briefs de LOLA o generar ideas proactivas para los clientes de la agencia que fueran bien con los contextos en donde funcionaba la marca. Lo que estuvo buenísimo de ambos internships fue la posibilidad de trabajar para clientes de todos lados. En Lola trabajamos para clientes de España y muchos del Reino Unido. Ese ejercicio siempre te suma y te sirve para después seguir pudiendo ser útil en distintos proyectos ¿no? Más allá de que cada agencia tiene su filosofía y en cada una aprendés cosas distintas, porque también vas a buscar cosas distintas. 

Creo que uno tiene que ser muy claro en qué es lo que va a buscar a cada agencia y qué es lo que querés en cada una. Lo que siempre se sostuvo en todas las experiencias es esta comunidad de estudiantes de M.AD que son una gran contención cuando uno está lejos de casa. Estás lejos de tu familia, de tus amistades, de todo lo que era tu zona de confort, y de pronto encontrás una comunidad de gente que está súper a disposición, que están en la misma, que te enriquecen en todo sentido porque vienen de distintas partes del mundo. O sea, es impresionante la cantidad de culturas diferentes que se unen en la escuela y la solidaridad que hay, el compañerismo, las ganas de colaborar juntos y de saber que somos todos parte del mismo lugar. 

¿Cómo es ese desafío de trabajar en agencia y, al mismo tiempo, mejorar tu portfolio?

Es un tema. Es un desafío. Porque las dos cosas son muy demandantes, ¿no? Uno quiere aprender todo en la agencia, quiere conocer a todo el mundo y dedicarle mucho tiempo a los proyectos, pero también querés dedicarle el 100 % a la escuela. Por tu portfolio, por los profesores que son contactos para toda la vida, por tus compañeros, por el equipo que van formando para desarrollar cada brief. Son muchas cosas para hacer en sólo diez semanas, que es un quarter. Así que más que nada es entrenarlo y ordenarse, y organizar las expectativas, y trabajar muchísimo. Uno no hace tanto turismo por la ciudad, porque no es que te fuiste a vivir a Nueva York tres meses o diez semanas, sino que fuiste a hacer ese internship. Es una experiencia muy inmersiva y está buenísimo también porque es como que desafiás un poco más el límite. Uno está tan sobreestimulado. Y terminás teniendo muchas más ideas y más ganas de quedarte hasta las 2, 3 de la mañana, de pasarte todo el fin de semana trabajando en una idea para presentar. Es muy, muy, muy intenso, pero tiene como ese doble juego de que también uno está muy sensible a todo y con muchas ganas. Y vas a fondo.

Y después de graduarte de M.AD, ¿qué hiciste? 

Bueno, terminé M.AD y entré como Junior Copywriter en LOLA MullenLowe Madrid, que fue la agencia donde hice mi último quarter. A partir de ahí fue full agencia: 100 % la cabeza en la agencia y aprender cómo es su filosofía, cómo es el trabajo al que se le da prioridad, qué necesitan los clientes. LOLA puntualmente hace mucho foco en lo que son las ideas proactivas, en que uno ya conozca al cliente, entienda qué es lo que está buscando la marca y estemos todos de acuerdo ¿no? Cliente, agencia y equipo, que todos entendamos hacia dónde estamos llevando esa marca. Es bastante distinto a esperar el brief, porque uno ya está pensando todo el tiempo en la agencia, en sus marcas, en sus clientes, en los proyectos e incluso en los productos, porque ya después excede la marca y vos tenés todos los productos de, por ejemplo, Magnum en la cabeza, entonces ya estás pensando prácticamente qué se podría hacer para tal o cual cliente, tal o cual producto o tal o cual cliente en tal o cual mercado. Estás muy metido, muy apasionado con lo que está pasando en la agencia y con lo que puede pasar. Eso también es un estímulo que está buenísimo para mantenerse creativo. Siempre en esta búsqueda de qué otras ideas puede haber, qué más podemos hacer, qué otras oportunidades hay. Entonces la verdad que este año LOLA estuvo buenísimo porque no dejó de ser muy estimulante para la creatividad. Muy desafiante. Además de ser muy educativo. 

Porque, obviamente, con el trabajo diario empezás a descubrir muchísimas cosas, empezás a entender un montón de estructuras, a tener en cuenta una variedad de factores. Por ejemplo, en la parte de producir ideas, hay todo tipo de cuestiones que suceden: negociaciones, posibilidades, todo el mundo empieza a colaborar para que esas ideas empiecen a hacer cada vez más grandes y funcionen mejor. Es aprender también que el equipo siempre se está agrandando. En la escuela sos tu dupla y vos, y de pronto también sos vos con la comunidad de M.AD y los profesores y los estudiantes. Y en la agencia sos vos con tus directores, con el equipo de planning, con el equipo de producción, con todas las personas que están trabajando ahí haciendo que las cosas sucedan.

¿De qué manera creés que el portfolio que hiciste en M.AD y las experiencias de las pasantías te ayudaron en tu carrera?

Totalmente. Fue clave aprender a armar el portfolio, fue algo súper necesario porque uno necesita poder vender sus ideas para demostrar su potencial. Muchas veces uno llega a M.AD y no sabe cómo plantear su “big idea”, cómo hacerla vivir en una campaña o cómo hacer después para tener más y mejores ideas. Fue clave poder tener el ejercicio de: me voy a sentar con esta idea, la voy a desarrollar, voy a buscar la mejor manera de producirla. Porque en M.AD le dedicamos mucho tiempo a desarrollar el craft, ya sea de copywriting o de Art Direction. Armar el caso, el board, estar 100 % concentrado en eso y después abrirte a tener la perspectiva de distintos profesores. Eso te da la posibilidad después de llegar con un montón de información y con un montón de opciones a una agencia. Si no hubieras tenido ese entrenamiento después es mucho más difícil, porque en el día a día de la agencia empezás a correr con un montón de cosas y no le podés dedicar tanto tiempo a sentarte con alguien a preguntarte cómo mejorar tu portfolio, cómo hubiera presentado esta idea, cómo la hubiera mejorado este copy o esta dirección de arte. Ese ejercicio de estar todo el tiempo recibiendo feedback, qué podrías haber hecho mejor, cómo lo hubiera hecho otro, eso te ayuda a tener un punto de vista un poco más amplio a la hora de desarrollar el trabajo en el día a día de la agencia.

Y el portfolio es súper importante porque es la manera en la que uno puede mostrar cómo piensa. Muchas veces poder mostrar cómo pensás es más importante que las ideas en sí que tengas, porque es lo que habla de tu potencial. O sea, es lo que podés llegar a explorar, lo que tenés para para desarrollar, lo que tenés para entrenar. También, mostrás a qué le estás dando prioridad, ahora como estudiante, cuando tenés el tiempo de investigar y de profundizar. Me parece que es súper importante y que uno lo sabe o lo descubre cuando tiene esa posibilidad de sentarse en un lugar o estar participando en proyectos que te permiten saber o descubrir o encontrarte con esas cosas que te generan mayor interés. Todo eso se ve en el portfolio.

“Poder mostrar cómo pensás es más importante que las ideas en sí que tengas, porque es lo que habla de tu potencial”

¿Podrías decirnos algunos de los proyectos que hiciste de los que te sientas más orgullosa? Puede ser de agencia o personal.

Este año con Ezequiel, mi dupla, lo primero que sacamos fue una campaña en Reino Unido para PG Tips que es sobre el cambio en las bolsitas de té. La marca empezó a usar bolsitas 100% biodegradables, mientras que otras marcas todavía usan plástico. Eso había que comunicarlo porque era un valor diferencial súper importante. Pudimos hacer una película muy linda en la que volvió a aparecer Monkey, que es la mascota de la marca que hacía mucho tiempo no aparecía, y la gente la extrañaba y la pedía mucho en las redes sociales. Es una peli sobre una nena que tiene una Tea Party con sus peluches, comunicando este mensaje.

También destaco nuestra primera campaña de Navidad para Toys R Us, en la que un niño le pide a Papá Noel que por favor este año se quede en casa, que tenga cuidado con todo lo que está pasando, y que Toys R Us puede llevar sus regalos a las casas. La verdad que estamos súper contentos con estas dos ideas que llevaron mucho trabajo, que son muy lindas, que quedaron muy bien. Fueron dos experiencias alucinantes. 

Como un proyecto personal, en el 2019 con Ezequiel hicimos el filtro del Pañuelo Verde en Instagram, para que la gente pudiera usar el pañuelo que simboliza el apoyo a la legalización del aborto y que fue bastante impresionante. Más allá de que era una herramienta nueva, que la pudimos usar para una causa en la que creíamos, fue muy impresionante a nivel personal ver gente que yo no sabía qué opinaba, con la que nunca había podido hablar del tema, que decidían usarlo para expresar su opinión por primera vez en sus redes sociales. Y muchos comentarios, muchas conversaciones, mucha gente interesada en esa nueva oportunidad en una plataforma que durante mucho tiempo me pareció muy superficial. Hoy la estamos usando más que nunca como una plataforma de información para hablar de temas que son muy importantes, para compartir información de cosas que quizás no están tan divulgadas en los medios de comunicación masivos o más tradicionales. Así que fue bastante satisfactorio que haya tenido tan buena recepción y que se haya podido llevar las mismas herramientas de una red social a una causa que es súper importante para las mujeres y para las personas gestantes de la Argentina y de Latinoamérica.

¿Cómo definirías el trabajo de un copywriter?

En el día a día de la agencia, el trabajo del copywriter empieza siempre por conceptualizar las campañas con los mensajes. Llegar a la mejor forma de verbalizar una idea. Es mucho más que escribir, en realidad. Empezamos por pensar, pensar, pensar, pensar…que es un ejercicio compartido. Y después el copy tiene que armar el storytelling de la campaña y ver cómo funciona el mismo mensaje o la misma idea en distintos medios. Cómo se puede ir comunicando en cada etapa para que siempre podamos transmitir el mismo mensaje, para que siempre esté claro. El gran desafío es que podamos lograr que en todas las piezas esté claro el mensaje principal de la campaña. Escribir guiones, muchos titulares, presentaciones, cuñas de radio….todo lo que tiene que pasar, tiene que estar escrito primero. Todo lo que vamos a ver, las acciones, los sonidos, etc, todo eso, lo tenemos que escribir antes. Ya en la parte de la producción, hay que estar muy atentos al tema de que se diga lo que hay que comunicar, ver si hay que plantear alternativas para decir, por ejemplo, una línea en un comercial o en una cuña, y plantear qué otras maneras de decirlo podemos llegar a necesitar como plan B, estar muy atentos al acting, a la entonación que necesitamos, que se entienda bien lo que se está diciendo, prestar mucha atención a ese tipo de detalles.

¿Qué es lo que más te gusta de ser copywriter?

Lo que más me gusta es la posibilidad de estar todo el día pensando en soluciones nuevas para problemas distintos. Siempre hay un brief nuevo sobre la mesa, siempre hay algo nuevo que se puede hacer. Todos los días cambia bastante todo. Entonces, esa adrenalina a mí me encanta, la posibilidad de estar escribiendo sobre temas y situaciones diferentes. Por ejemplo, los últimos trabajos que hicimos en LOLA son campañas muy distintas entre sí, los insights son totalmente distintos. Es como un ejercicio de estar todo el tiempo entrando en mundos nuevos para tratar de decir algo que sea interesante, relevante, motivador, gracioso. Es algo como muy inspirador y bastante entretenido. 

¿Le das más importancia al pensamiento de las ideas o al craft? ¿Cómo es tu proceso creativo?

Depende del proceso de trabajo, porque puede pasar de todo. Puede pasar que tengas una línea y un titular, y de pronto empieces a tirar de ahí a ver qué sale y te encuentres con una “big idea”, y también puede pasar que tengas una idea y haya que hacer mucho trabajo de craft hasta llegar a la mejor manera de contarla. Es importante estar siempre atento y prestarle mucha atención a las dos cosas. En mi caso personal, soy bastante obse del craft. Para mí es importante escribir bien más allá de la publicidad, porque también escribo para mí. Entonces, para mí es súper importante escribir cada vez mejor en inglés, tener cada vez más herramientas del idioma para poder generar nuevas ideas, estar todo el tiempo tratando de mejorar, porque ahí también salen nuevos puntos de vista y cosas que después te pueden ayudar en algún momento. Saber cómo se dice un refrán en otro idioma después te puede servir para para tener una idea que tenga que ver justo con eso, por ejemplo. Creo que a la creatividad hay que estimularla todo el tiempo, tanto desde lo conceptual como desde las herramientas que vos tengas para ejecutarlas. 

¿Algún consejo para armar un buen portfolio?

Buscar que tu portafolio te represente, que dé cuenta de cuál es tu valor agregado como creativo.

¿Qué importancia le das a los proyectos personales?

Para mí son súper importantes para el portfolio y para la carrera. Creo que es lo que a uno lo mantiene siempre estimulado y haciendo algo que te apasiona, con tu creatividad y con tus skills. Los proyectos personales hablan mucho de vos: a qué le dedicas tu tiempo libre, qué haces porque sí, qué hacés sin cobrar, desinteresadamente, cuáles son tus búsquedas personales y laborales. Uno va con sus ideas, con su historia, con su punto de vista, y tus proyectos personales muchas veces dicen más de eso y de tu potencial que algunas de las ideas que uno presenta de un cliente. 

¿Qué le dirías a alguien que recién está empezando su carrera en la creatividad?

Algo que deberían saber los que están recién empezando es que no hace falta correr tanto, ¿no? Que aprovechen el proceso, que aprovechen cada materia, cada brief, darle la importancia que cada proyecto merece y dedicarle el tiempo. A veces uno está todo el tiempo corriendo la zanahoria. Estás en un lugar y ya estás pensando en el siguiente, y a veces uno se olvida de que son sólo dos años en M.AD y que hay que sacarle el jugo. Hay que quedarse ahí, estar presente, aprovechar todo lo que se pueda aprender y estar muy abierto a aprenderlo todo o lo que se pueda en cada lugar, en cada momento y en cada brief, cada persona con la que uno se cruza. 

¿Qué es lo que te mantuvo motivada todos estos años?

Creo que lo que siempre me mantuvo motivada es que sé qué experiencias quiero tener en este trabajo y sé lo que estoy buscando. Por ejemplo, yo sabía que estaba buscando trabajar en una agencia como LOLA, con esta mirada global, con clientes internacionales, con esa exigencia creativa que tiene. Y creo que se trata de eso, de saber que todos los procesos tienen sus ups and downs, pero uno está ahí por la pasión que siente por la creatividad y por las ideas y por las oportunidades que hay en este mundo.

¿Cómo es tu experiencia del trabajo en dupla?

Mi experiencia es muy buena. Mi dupla y yo estamos juntos hace muchos años ya. Empezamos M.AD y ahí trabajamos y nos fuimos a hacer internships en Nueva York y en Madrid. Y seguimos trabajando juntos. Así que nuestra experiencia fue muy buena. Yo siempre pienso que para las agencias es más fácil, o más práctico, contratar un equipo que ya viene trabajando, porque ya tienen una gimnasia de entenderse, de seguirse eligiendo también como equipo. Es todo un desafío encontrar otra persona con la que te entiendas creativamente, en la que confíes y con quien puedas compartir ciertos puntos de vista y que te expanda el tuyo, que te desafíe creativamente. Una persona con la que te puedas complementar. Es una suerte. Creo también que es algo que se ejercita. Uno tiene que aprender a trabajar en equipo. Sí o sí hay dejar de lado el ego o las inseguridades o las dudas.

Creo que hay que buscar una persona que esté dispuesta a poner el trabajo en equipo como prioridad. Ya no es Josefina trabajando para Josefina, sino Josefina trabajando con Ezequiel. Llevando el equipo al frente. Todo lo que hagas es para tu carrera y para la carrera del otro. Entonces, tiene mucha responsabilidad, mucha confianza, mucho respeto, porque obviamente el otro es la primera persona que va a aceptar o matar una de tus ideas. Por eso, hay que elegir alguien con quien te sientas muy cómodo para hablar y que confíes en su criterio. Que haya mucha, mucha libertad. Que se pueda construir la confianza y que no te sientas juzgado o juzgada. Tienen que estar dispuestos a construir un criterio común, a seguir desafiándose, a seguir levantando la vara del trabajo. Hay que estar dispuestos a dedicarle el tiempo al craft y a la parte de investigación. Es un trabajo en el que uno pasa muchas horas con su dupla. Entonces, es importante elegir a alguien con quien te lleves bien, que te haga el trabajo ameno. Mi consejo es que busquen a una persona que respeten, que admiren, que los potencie como creativos. Que los desafíe y que les inspire mucha confianza porque el trabajo tiene ups and downs. A veces te va a tocar a vos poner el 70% y al otro, el 30%, que es lo que puede dar en ese momento. Y a veces el otro va a estar ahí cuando quizás vos no estés rindiendo tanto o tengas justo un mal día o una mala semana. En definitiva, es alguien con quien puedas construir un verdadero equipo.


Es tu turno.

Vos podés construir una carrera internacional como Josefina. En M.AD nos adaptamos a los tiempos que corren y te damos la posibilidad de hacer pasantías virtuales en un montón de países. Si te anotás en los cursos de Redacción Publicitaria o Dirección de Arte vas a poder estudiar con alumnos y profesores de otros países y, a partir del quinto trimestre, trabajar remotamente en las agencias y empresas más interesantes de la industria actual. 

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